Así pues, hallar la disfunción vertebral, el posicionamiento del sacro, la musculatura débil, la estructura que esté provocando esa presión en el nervio es la clave del tratamiento. Una vez tenemos esto, los fisioterapeutas y osteópatas, mediante el uso de diferentes técnicas manuales, podemos llegar a reducir la sintomatología a menos de la mitad, acelerando los procesos de autocuración del cuerpo.